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Programa:
Residencial
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Estado:
Proyecto Ejecutivo
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Superficie:
8 500 m²
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Con una propuesta de diseño contemporáneo, Terrazas de los Olivos aprovecha las condiciones particulares de un predio en pendiente dentro de un masterplan de baja densidad. El proyecto residencial consta de dos edificios simétricos, articulando visuales y espacios comunes en continuidad con el paisaje.

Conjunto residencial adaptado al terreno y orientado al lago
Terrazas de los Olivos es un edificio residencial ubicado en el barrio Olivos de los Horneros, en el departamento de Canelones. La propuesta arquitectónica se organiza a partir de un basamento del que emergen dos edificios simétricos de cuatro niveles cada uno. Localizado estratégicamente en un área de creciente desarrollo y conectividad, está situado a un kilómetro del corredor empresarial y logístico de la Ruta 101 y a tres kilómetros de la Ruta Interbalnearia —eje vial de escala nacional y metropolitana—.
La urbanización en la que se localiza el proyecto se caracteriza por condiciones territoriales de baja densidad. Sin embargo, el predio en el que se desarrolla el programa residencial presenta una condición singular dada por una pendiente natural en dirección a los lagos artificiales, que permite una mayor altura edificable. Esta topografía particular no solo favorece la implantación escalonada de los volúmenes, sino que también contribuye a la generación de gradientes de privacidad entre los diferentes usos del conjunto. Así, la disposición de la piscina y las amenidades en el nivel inferior, en relación al basamento y a la pendiente, garantiza una adecuada privacidad tanto desde las unidades residenciales hacia el área de piscina como en sentido inverso, evitando interferencias visuales directas y permitiendo el disfrute de los espacios exteriores sin comprometer la intimidad de los usuarios.


Una propuesta que vincula paisaje, comunidad y habitar
Favoreciéndose de esta particular topografía, el conjunto arquitectónico dialoga libremente con el entorno en sus cuatro caras. Tanto su volumetría como su materialidad propician una gran permeabilidad visual, lo que resulta en amplias vistas al lago desde los espacios interiores y exteriores.
El basamento concentra accesos peatonales y vehiculares, estacionamientos y amenidades, y sobre este las unidades residenciales. El tratamiento del perímetro incorpora retiros enjardinados al frente, lateral y fondo, que consolidan una transición amable entre la arquitectura y su entorno inmediato. Entre ambos bloques edilicios se conforma un lugar de encuentro que actúa como corazón del conjunto. Este sitio permite articular espacios comunes con una lógica de uso más eficiente, disponiendo de 20 plazas de estacionamiento exterior.
En el centro de esta planta se encuentra el acceso a un semisubsuelo que alberga 76 sitios de estacionamiento cubiertos, espacio para bicicletas, un gimnasio, una barbacoa y una piscina exterior. Destaca especialmente la relación de las amenidades con las cualidades paisajísticas excepcionales, beneficiadas de vistas al lago y rodeadas de árboles preexistentes cuya preservación se prioriza desde las primeras etapas del proyecto.