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Programa:
Corporativo
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Estado:
En construcción
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Superficie:
2.400 m²
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El proyecto para la nueva sede de una empresa de tecnología aplicada al transporte en Montevideo consolida tres padrones para crear un espacio corporativo sostenible y flexible. El diseño organiza áreas de trabajo colaborativo y oficinas privadas, permitiendo adaptaciones según las necesidades operativas. Un garden office biofílico y un deck exterior promueven la interacción y el bienestar del personal. La arquitectura refleja los valores de innovación y eficiencia de la empresa, alineándose con la evolución de su identidad corporativa.

Partiendo de la última intervención en el predio de la Planta Añón que forma parte del complejo de la empresa transportista líder en Uruguay, el nuevo edificio se emplaza en tres padrones ubicados sobre la Av. Larrañaga, que se integran mediante la demolición de construcciones preexistentes y la unificación del terreno, consolidando un espacio coherente para albergar las nuevas oficinas administrativas de la organización.
La propuesta arquitectónica refleja el compromiso de la organización con la sostenibilidad y el bienestar corporativo, priorizando la salud y productividad de los colaboradores. El diseño pone énfasis en factores como la ventilación cruzada, la optimización de la iluminación natural, el confort térmico, el uso de energías limpias y la incorporación de espacios comunes que favorecen el trabajo colaborativo.
La relación entre los ambientes construidos y los usuarios se aborda desde una perspectiva holística, entendiendo que los entornos en los que se vive y se trabaja impactan directamente en el bienestar general.
El diseño equilibra lo natural y lo artificial, con una transición fluida entre exterior e interior que favorece tanto lo colectivo como lo individual. Se alternan espacios flexibles para reuniones presenciales y virtuales con oficinas individuales, manteniendo un carácter polifuncional y adaptable a distintos usos. El estilo moderno del diseño y la selección de materiales se alinean con la sostenibilidad y la tecnología, reflejando la nueva identidad de marca de la empresa.
Esta evolución hacia ambientes más amplios y adaptables, frente a los tradicionales espacios compartimentados, refleja los valores organizacionales de la empresa, orientados hacia la integración y el trabajo colaborativo. El proyecto se estructura a partir de una grilla ortogonal que organiza el espacio de manera eficiente, otorgando una alta flexibilidad programática. La premisa fundamental es establecer una estructura rígida que permita la construcción en etapas y prevea adaptaciones funcionales a futuras demandas.



El sistema organizativo combina áreas de trabajo fijo con zonas dinámicas de uso compartido, resueltas mediante estrategias de diseño interior y equipamiento versátil. Las áreas de reunión abiertas y los espacios colaborativos se conciben como elementos evolutivos, capaces de adaptarse a las transformaciones en los modos de trabajo contemporáneos.
El conjunto arquitectónico se desarrolla en dos niveles destinados a oficinas, áreas comunes y servicios, complementados por un semisubsuelo que alberga el estacionamiento y el taller de mantenimiento. Este último es accesible de forma independiente mediante un acceso secundario, garantizando la funcionalidad operativa y una circulación eficiente sin interferir con las actividades principales del edificio.
El acceso principal se realiza a través de un jardín con estanque y una rampa que conecta con la planta principal. La fachada vidriada se repliega hacia el oeste, protegida por un panel de brise soleils de chapa microperforada que regula la iluminación natural. Esta piel exterior actúa como una transición entre el interior y el exterior, generando un microclima que funciona como aislante acústico y térmico, creando un espacio intermedio entre la calle y las oficinas, reduciendo la exposición al ruido y al tráfico sin comprometer la luz natural.
A través del hall de entrada se accede a la planta baja de 748 m², que dispone las salas de reuniones y oficinas hacia el frente del edificio, articulando las áreas de trabajo comunitario con espacios de mayor privacidad.
Las oficinas, concebidas bajo estándares de calidad AAA, se caracterizan por una altura libre de 3.5 metros. Esta dimensión no solo enriquece la percepción espacial y promueve el confort de los ocupantes, sino que también facilita la implementación de sistemas técnicos como pisos elevados y cielorrasos suspendidos, garantizando una flexibilidad espacial que responde a las exigencias contemporáneas de adaptabilidad programática.



En el sector central de la planta, un garden office que adopta los principios del diseño biofílico fusiona el paisaje exterior con el interior a través de transparencias estratégicas y una permeabilidad visual que disuelve los límites entre ambos entornos. La configuración central es flexible, permitiendo la reorganización espacial en función de las demandas cambiantes del programa arquitectónico, facilitada por la implementación de un piso y un techo técnicos que optimizan la adaptabilidad y la infraestructura del conjunto edilicio.
Este espacio flexible sirve como antesala del bloque posterior, donde se ubican las oficinas de dirección, jefaturas y salas de capacitación, favoreciendo su conexión con las funciones operativas de la planta.
Un deck techado configura un espacio de esparcimiento al aire libre, conectado al comedor del personal, que potencia la interacción social y ofrece un área alternativa para actividades informales, tanto de trabajo como de descanso.
Los núcleos laterales de la planta concentran circulaciones, servicios higiénicos, elevadores, racks técnicos, áreas de tránsito y servidumbre. La estructura edilicia libera una altura para un segundo nivel, cuya construcción está prevista en etapas, la primera contempla un salón de eventos y oficinas, quedando un área libre para un futuro crecimiento.
El nuevo edificio se inserta estratégicamente en el conjunto arquitectónico, estableciendo un diálogo directo con la planta industrial. Esta vinculación física y programática refuerza la noción de un gran hub empresarial, donde las actividades administrativas y operativas coexisten de manera fluida, optimizando los procesos internos. De este modo, el espacio corporativo opera como una extensión natural de la planta preexistente, respetando las líneas de fuerza del tejido urbano y el lenguaje formal del entorno.