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Programa:
Deportivo
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Estado:
Anteproyecto
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Superficie:
5 735 m²
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El proyecto para la sede del Club Albion, al noreste de la ciudad de Montevideo, busca consolidar un espacio integral de entrenamiento que combina funcionalidad deportiva, identidad institucional y respeto por el entorno natural. La propuesta arquitectónica para el edificio principal de la sede se organiza en torno a un patio central que preserva la vegetación existente, mientras que el masterplan más amplio integra paisaje y programa en una experiencia unificada.
El proyecto para el Club Albion parte de la voluntad de la institución de ampliar sus instalaciones de entrenamiento y preparación física de los deportistas que componen las diferentes divisiones de sus planteles. Ubicado al noreste del departamento de Montevideo, en el límite con Canelones, el predio se encuentra próximo a equipamientos de relevancia metropolitana como Zonamérica, el estadio del Club Atlético Peñarol y la Facultad de Veterinaria. Con una superficie inicial de 50 hectáreas, que posteriormente se amplía, el terreno combina condiciones topográficas favorables con la presencia de vegetación de gran valor, que se procuró preservar en la mayor medida posible.
El relevamiento primario del predio y un estudio paisajístico detallado identificaron especie por especie los árboles existentes, determinando su estado, origen y valor ambiental. A partir de ese diagnóstico, se elaboró un plan de conservación y poda selectiva que permitió definir las zonas de intervención más adecuadas. La propuesta para el edificio principal surge de la lectura del paisaje: emplazado perimetralmente, conforma un patio central que preserva un grupo existente de ciruelos y árboles de gran porte, generando un espacio natural de referencia dentro del conjunto.
El masterplan para el complejo incluye canchas de entrenamiento, gimnasios, vestuarios, espacios administrativos, áreas de servicio, estacionamientos y zonas de alojamiento para las distintas categorías del club. El desarrollo se organiza por etapas, de las cuales actualmente se encuentra en ejecución la primera, el edificio de la sede principal. Éste concentra funciones deportivas, administrativas y de apoyo, y actúa como puerta de acceso al complejo. Las futuras etapas, que configuran dos volúmenes adicionales de planta longitudinal, prevén la construcción de los alojamientos para las divisiones juveniles y el plantel principal, áreas de comedor, cocina y cowork, así como espacios institucionales para la junta directiva.
El acceso al conjunto se realiza desde la Ruta 8, a través de un punto de control ubicado sobre el camino Laudelino Vázquez. Desde allí, una vía interna organiza la circulación y conecta las distintas partes del proyecto: las canchas, el edificio principal, su estacionamiento y las construcciones futuras. Asimismo, el carácter interno de esta vía garantiza la seguridad de los jóvenes que se desplazan a pie desde las paradas del transporte público cercanas.
El edificio de la sede responde a una lógica funcional clara: separa las áreas destinadas a los planteles juveniles de las del plantel superior, promoviendo independencia y convivencia controlada entre las distintas franjas de edades, que presentan necesidades y requerimientos diversos. En torno a una galería exterior hacia el patio central, que articula los diferentes espacios, se ubican los vestuarios, las salas médicas y de recuperación, los sectores de apoyo técnico, las oficinas de gestión deportiva y administrativa y el gimnasio, un gran espacio de 450 m2 que se abre hacia el noroeste, con vista a las canchas, y sobre la fachada opuesta, hacia el jardín interior.
El proyecto adecua sus espacios interiores a las exigencias contemporáneas del deporte profesional, incorporando criterios de funcionalidad y confort en el diseño de cada área. En este sentido, se destaca el diseño de los vestuarios, en los que los lockers y asientos se organizan siguiendo una configuración circular. Esta disposición favorece la comunicación entre los jugadores y el cuerpo técnico durante las charlas tácticas, fortaleciendo el sentido de pertenencia al equipo y la cohesión grupal. Asimismo, la distribución circular optimiza la visibilidad, el aprovechamiento del espacio y la circulación interna, creando un ámbito funcional y dinámico.
Además de las canchas de entrenamiento, el complejo cuenta con una cancha principal de césped sintético destinada a la celebración de encuentros profesionales. Para la misma, se prevé una tribuna con una capacidad aproximada de 2300 localidades, incluyendo un sector VIP y área para la prensa. El acceso a los eventos deportivos es independiente al del complejo, con estacionamientos diferenciados para las delegaciones local y visitante y el público en general.
Desde el punto de vista constructivo, el proyecto apuesta a la austeridad y la eficiencia. Mientras que las cubiertas inclinadas contribuyen al manejo de las pluviales, una serie de parasoles y aleros controla la radiación solar. Los materiales buscan transmitir sobriedad y robustez, priorizando la funcionalidad y el bajo mantenimiento, sin renunciar a una identidad clara a través de los colores, que destacan en cielorrasos, pavimentos y muros, y de otros detalles de la gráfica institucional del club. En algunos sectores, la estructura metálica se deja a la vista, integrándose al diseño y reforzando la expresividad constructiva del proyecto.
El conjunto se concibe como un campus deportivo en crecimiento, con espacios abiertos de calidad, conectados visual y funcionalmente. La integración con el paisaje, el aprovechamiento de los recursos naturales y la posibilidad de expansión futura son los pilares que estructuran a un proyecto que acompaña el proceso de profesionalización y consolidación de la institución dentro del panorama del deporte local.